INADAPTADOS, PEREZOSOS Y DE CLASE MEDIA O BAJA. Esa es la idea que tienen todavía muchos del consumidor de marihuana. Hasta que se topan con personajes como Cheryl Shuman. Shuman preside el Beverly Hills Cannabis Club, que es exactamente lo que su nombre indica: un club de maría para famosos y/o muy, muy ricos. Así, vendiendo mercancía de primera calidad a 600 euros la onza, ha amasado una fortuna que se cuenta por millones. Ahora que California acaba de legalizar el consumo recreativo de esta sustancia, Justin Timberlake, Paul McCartney o Cameron Diaz, entre otros, no tendrán que ocultarse para ir a ver a Cheryl. Es más, ahora que el acto de fumar hierba va a normalizarse (por ley),muchos se frotan las manos pensando cómo pueden unir marihuana y lujo. A la dealer de las estrellas le han salido varios competidores. Quizá sea pronto para que los grandes magnates de lo prémium comiencen a invertir en el negocio. Lo que sí parece claro es que la industria de la moda de alta gama está empezando a explotar el hecho de que cada vez sean más Estados los que estén levantando el veto a la marihuana en EE UU.

Rihanna, fumadora confesa y defensora de la legalización, pide a su asesor de imagen, Mel Ottenberg, que le consiga piezas de diseño con la icónica hoja estampada. Es su forma de posicionarse en el debate. Ha llevado bolsos, vestidos, camisetas y, desde el pasado otoño, posee una línea de productos relacionados con el consumo de cánnabis: Marihanna.
Aprovechando la actualidad de la cuestión, Jeremy Scott, Creatures of the Wind o Alexander Wang, entre otros, han dignificado sobre la pasarela dicho icono, sacándolo de las tradicionales camisetas y bordándolo en chaquetas o abrigos. “Queremos ofrecer experiencias exclusivas que cambien la percepción que la sociedad tiene sobre los consumidores de marihuana”. Esa es la misión de Jessica Versteeg, una exmodelo internacional que ha aparcado su profesión para montar Aubox, un servicio digital de entrega de maría prémium y otros productos asociados a su consumo, como pitilleras de oro, papel de fumar hecho a mano o trituradoras con cristales de Swarovski.


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