La Hidroponía es un método de cultivo sin suelo, en el que las raíces de las plantas crecen y se desarrollan ancladas a un medio o sustrato inerte, como arlita (arcilla expandida), lana de roca, etc. Cultivar en un medio totalmente inerte significa que tendremos que preparar una solución nutritiva en la que se incluyan todos los elementos necesarios para que la planta se hidrate, alimente y pueda desarrollarse correctamente sin que aparezca ninguna carencia, consiguiendo así la mayor calidad y producción posible. Son sus raíces las que absorben los nutrientes minerales, así que cuando se les proporcionan estos nutrientes disueltos en el agua, las plantas, tienen mayor facilidad para absorberlos. Será necesario calcular la cantidad de solución justa, ya que si nos pasamos o quedamos cortos afectaremos negativamente al desarrollo del cultivo.

Este tipo de cultivo permite un crecimiento más rápido y abundante que en tierra ya que su rizosfera (el conjunto de raíces de la planta) es mucho más grande y tiene más capacidad de absorción de nutrientes y agua. Si se realiza correctamente se llegan a conseguir cosechas muy superiores a las que se obtienen en cultivos en tierra. Con el cultivo hidropónico ahorramos espacio, aprovechamos al máximo la solución y si todo ha ido bien, cuando cortemos, podemos sacar mucha más productividad que en tierra. Además, es mucho más limpio que el cultivo en tierra y adelantamos una semana de floración.

Aunque tiene muchas e importantes ventajas, el cultivo hidropónico es más sensible que el cultivo en tierra. Si queremos que todo vaya sobre ruedas habrá que tener un mayor control de los parámetros del cultivo hidropónico (pH, Ec, temperatura del agua, control del temporizador de riegos, oxigenación del contenedor del agua (reservorio)).

Existen distintos medios de cultivo hidropónicos, como el Dutch Pot, NFT, Aeroponía, Slabs de lana de roca o de fibra de coco, etc. pero debido a su mayor dificultad, nos basaremos únicamente en el cultivo de hidroponía en Cubo Hidropónico, también llamado Raíz Flotante. Es el más fácil y el que os aconsejamos al ser principiantes.

Para iniciar nuestro cultivo hidropónico es necesario conocer de antemano cómo funciona el crecimiento y la floración de las plantas. A partir de aquí es importante que os informéis y preguntéis en nuestro Grow Shop sobre los productos que hay a vuestra disposición (su composición, porcentajes y momento de aplicación) para que os vayáis metiendo en el mundo de la hidroponía.

Empezamos dando un repaso a la habitación escogida y acondicionándola para nuestro cultivo. Hecho esto, es hora de comprar el cubo hidropónico y los productos específicos para hidroponía. Cuidado, los productos hidropónicos son distintos a los empleados para la tierra. No mezclaremos gamas distintas y la que escojamos la usaremos entera.

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Para poder estrenar el cubo hidropónico necesitaremos haber preparado los esquejes quince días antes. Los enraizamos en lana de roca, en un cutting o en aeroponía. 

Si utilizáis un aeroclonador haced el esqueje adaptado a éste ya sea en arlita, lana de roca o en un cutting y, a continuación, ponedlo en un tiesto rejilla de enraizamiento. Ahora sí, lo introducimos dentro del aeroclonador donde quedará suspendido. Y ya podemos preparar la solución nutritiva para llenar el contenedor.

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Empezamos preparando agua con una conductividad de 0.8 y un pH de 6. Empleamos la mitad de la dosis de estimulador de raíz. Si es necesario introduciremos el calentador de agua para mantener una temperatura de 18ºC. Conectamos el tubo de la bomba de aire con la piedra difusora y enchufamos la bomba. Al hacer esto, veremos que empieza un burbujeo impulsado por la bomba de aire, este es el encargado humedecer el tallo sin encharcarlo. Para que no se nos pudran los tallos es necesario que haya un espacio de 4 o 5 cm entre el agua y la base del tiesto.

Cuando los esquejes ya han enraizado acabamos de añadir la otra mitad de la dosis de estimulador de raíz. Luego, en un vaso lleno de agua ponemos la dosis correspondiente de microrizas y tricorderma (aumentan la calidad y producción de nuestras plantas), y sumergimos todas las raíces hasta llegar al tallo. Lo dejamos unos segundos y lo volvemos a introducir en el aeroclonador. El agua que nos ha sobrado podemos echarla, con una pipeta, a la base del tallo, así la aprovechamos. Hecho esto, nos queda meter la dosis de abono de crecimiento ya que la planta a partir de ahora lo que hará será crecer.

Durante esta semana hay que ir bajando el nivel de agua gradualmente, para ir estimulando el crecimiento de la raíz en longitud. Al bajar el nivel del agua la planta lo interpreta como un trasplante, y por eso la raíz crece. Si hay crecimiento de la raíz hay crecimiento de la planta.

Es importante que haya un dedo de diferencia entre la raíz más larga y el nivel del agua. Cuando veamos que las raíces han adquirido un tamaño considerable ya tenemos el esqueje listo para trasplantar. Recordad que nunca hay que apagar ni el calentador, si la temperatura es baja, ni el burbujeo.

Normalmente, transcurre una semana desde el enraizamiento del esqueje hasta su trasplante al cubo hidropónico.

Primero, dedicamos un tiempo a limpiar bien el cubo, la arlita y a instalar el tubo que nos indicará el nivel del agua. Seamos precavidos y comprobemos que el tubo no pierde agua por la zona del empalme.

Antes de hacer el trasplante preparamos una nueva solución nutritiva. Empezamos preparando un agua base con una conductividad de 0,6. Ésta tiene que llegar hasta el culo del tiesto rejilla. Añadimos la dosis completa de estimulador de raíz y de micronutrientes (elementos necesarios para el desarrollo de la planta y que ésta precisa en menor cantidad que el NPK) y con abono de crecimiento subimos la conductividad hasta llegar a 1. Introducimos la arlita, previamente lavada, al tiesto rejilla, llenándolo unos tres o cuatro dedos. Centramos el esqueje y empezamos a cubrirlo con arlita. Preparamos una dosis de microrizas y tricoderma en un vaso de agua y lo aplicamos a la base del tallo y a toda la arlita. Ahora ya tenemos el trasplante hecho.

Esqueje para trasplante

Conforme las raíces vayan saliendo bajaremos el nivel del agua para estimular constantemente la raíz, como hemos hecho anteriormente en el aeroclonador. Cuidado, no se le puede quitar una cantidad indecente de agua. Por ejemplo, cuando veáis que a los cuatro o cinco días las raíces salen y penetran en la solución, es el momento de bajar el agua tres o cuatro centímetros.

En este momento hemos conseguido trasplantar los esquejes con éxito e iniciar la fase de crecimiento de nuestra pequeña planta hidropónica.