Los concentrados de cannabis pueden ser una forma fabulosa de consumir marihuana. Pero, ¿qué haces cuando no lo usas todo de una vez? La respuesta a esta pregunta puede afectar más de lo que esperabas a la calidad de tus concentrados.

El cannabis es un organismo complejo compuesto de una amplia red de cannabinoides, siendo el más conocido el THC. El principal compuesto psicoactivo de la marihuana es el THC. Básicamente, es lo que hace que nos coloquemos. Proteger la integridad de este elemento es vital para poder aprovechar al máximo la marihuana.

Si tienes que guardar cannabis para consumirlo más adelante, preservarlo es aún más necesario. El calor, la humedad y la luz pueden contribuir a la degradación del cannabis, o más concretamente de los concentrados de cannabis.

Dado que normalmente los concentrados son más potentes que fumar cogollos de marihuana, se requiere una cantidad menor para obtener un colocón similar. Puede que tras una sesión de fumada te hayan sobrado algunos concentrados.

¿Qué puedes hacer para conservarlos perfectamente hasta que los vuelvas a necesitar? Independientemente del tipo de concentrado que prefieras, almacenarlos de forma adecuada asegura que puedas sacarle el máximo partido una y otra vez.

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Puede que suene como una pregunta estúpida, pero ¿por qué no querrías guardar tus concentrados de cannabis adecuadamente? En cualquier caso, podrías usar la cantidad deseada y luego simplemente dejarlo encima de una mesa para más tarde.

A no ser que se le vaya la mano a un amigo o compañero de piso, debería seguir en la mesa cuando vuelvas. Pero, como hemos mencionado, si no se almacena bien, hay varios factores que pueden afectar su calidad.

La humedad, el exceso de luz y las fuentes de calor elevado pueden contribuir a la degradación de los concentrados. El THC empieza a degradarse, perdiendo potencia. Por no mencionar que también pueden reducirse su aroma y sabor.

Dejar los concentrados expuestos al aire también conlleva el riesgo de que se contaminen con objetos extraños. Nadie quiere polvo o pelusilla en sus dabs.

El tiempo total que puedes guardar los concentrados depende completamente del método de almacenamiento utilizado. Dicho esto, podrías almacenar tus extractos indefinidamente. Pero ten en cuenta que, con el paso del tiempo, los cannabinoides se irán degradando hasta que el concentrado ya no tenga potencia.

Un extracto bien guardado en un recipiente de silicona, almacenado en la repisa de un armario fresco, probablemente dure un par de semanas. Por otro lado, si se congela se puede alargar su conservación hasta varios meses.

Uno de los pasos más importantes es escribir la fecha en todos los recipientes. Puede que esto parezca algo innecesario, pero cuando tienes varios recipientes opacos de silicona resulta difícil saber cuáles llevan más tiempo almacenados. Escribir la fecha te asegura poder aprovechar mejor tus provisiones, sin dejar que tus concentrados se degraden.

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Una decisión importante. No hay nada que te impida congelar tus concentrados y fumarlos una vez descongelados. Pero, y este “pero” es importante, la congelación supone un riesgo para la pureza de los concentrados. Los concentrados quedan expuestos a un exceso de humedad, y si un extracto absorbe demasiada, puede resultar en una fumada áspera.

Si decides congelar, hay una serie de métodos para proteger la integridad de los concentrados. Lo más importante es guardarlos en un recipiente hermético, preferiblemente uno que elimine el exceso de aire una vez sellado. Esto evitará que se acumule la humedad en los concentrados si la temperatura empieza a cambiar.

Además de esto, también puedes envolverlos con papel de hornear, así como con un sistema de bolsa doble usando bolsas resellables. Si haces esto antes de introducir los concentrados en el recipiente hermético, podrás evitar en gran medida la temida humedad. Finalmente, cuando llegue el momento de sacar los concentrados almacenados, intenta subir la temperatura poco a poco.

Si no te queda más remedio que congelar los concentrados para usarlos más adelante, te ayudará seguir los consejos mencionados. Pero es importante que durante la descongelación estés atento al exceso de humedad, para que no eche a perder el extracto.

ALMACENAJE A CORTO PLAZO. Los recipientes de silicona son un buen punto de partida para el almacenamiento a corto plazo. El tamaño es importante, ya que querrás evitar que quede espacio para el aire alrededor de tu cera o aceite. Se aplican las mismas reglas: guárdalo en un lugar oscuro y fresco, lo más herméticamente posible.

Ten en cuenta que, cada vez que abres el recipiente, se debilita ligeramente el aroma y la calidad. Si no dispones de un lugar oscuro y fresco, un armario de la cocina será suficiente. Simplemente asegúrate de que el recipiente no es transparente, para que pueda bloquear cualquier fuente de luz directa.

Duración: aproximadamente 1-7 días

ALMACENAJE A MEDIO PLAZO. Los recipientes herméticos son un buen comienzo. El primer paso es trocear el concentrado en trozos más pequeños y envolverlos individualmente en papel de horno. A continuación, introdúcelos en una bolsa para protegerlos. Finalmente, coloca estos trozos en el recipiente hermético y almacénalo en un sitio apropiado.

Es recomendable un lugar oscuro y fresco, como una bodega. Para unas condiciones óptimas, una zona con control de temperatura, ligeramente más fría que la temperatura ambiente, proporciona el ambiente ideal.

Duración: aproximadamente 1-4 semanas

ALMACENAJE A LARGO PLAZO. Aparte de la congelación, realmente solo existe una alternativa, que es válida únicamente para las tinturas con alcohol. Almacenados en botellas esterilizadas y herméticas, en un ambiente de temperatura controlada, los extractos con alcohol podrían durar más de 6 meses. Ten en cuenta que cualquier aditivo o glicerina que se añada a la mezcla reducirá su vida útil.

Duración: aproximadamente 6-12 meses